Del año 2015…
Hola Emmanuel,
¿Cómo te va?
Necesito una opinión muy objetiva y creo que eres la persona indicada para ello.
Siempre fui una alumna destacada pero nunca supe exactamente lo que quería estudiar. Lo que sí sabía es que soñaba con hablar inglés. Consideré estudiar leyes, idiomas o algo administrativo. Escogí lo fácil, porque aunque no sea tan bien pagado, trabajo de contador o auxiliar administrativo siempre hay. También comencé a estudiar inglés y me gustó.
Ya estando en la universidad, surgió mi deseo por trabajar en una empresa trasnacional y tener la oportunidad de viajar por negocios. Confío en mi capacidad para poder lograr esos objetivos. El trabajo en el que actualmente estoy es “estable” pero no es lo que amo. Definitivamente no lo es.
No he buscado la oportunidad en otro trabajo, tal vez por miedo, inseguridad y porque sé que necesito más herramientas. En mi trabajo contratan jóvenes que hablen inglés, que hayan estudiado mínimo en el Cetys, algunos con maestría y bueno, ha habido uno que otro del Tec de Monterrey. Ni los ponen a prueba. En automático los capacitan para funciones de mayor jerarquía, como ejecutivos comerciales donde visitan clientes y viajan, algo que a mí me gustaría.
Pensando mucho las cosas, leyendo sobre las empresas, veo que cada vez necesitas más herramientas, como una maestría e inglés. Busqué becas para el extranjero, pero nunca encontré una que realmente cubriera mis necesidades. Siempre es estudiar sin posibilidad de trabajar para poder pagar tus necesidades básicas. Encontré una manera más fácil para mis posibilidades económicas. Irme de au pair a Estados Unidos. Ese es mi plan desde hace un poco más de 1 año.
Mis papás están decepcionados. Ellos obviamente influyen completamente en mis decisiones, pero quiero crecer y encontré esta oportunidad. Obviamente sé que no es lo mejor ya que tengo veinticuatro años, dos carreras y muchas ganas de triunfar profesionalmente. Pero quiero vivir el inglés a diario, quiero conocer otra cultura y tengo la oportunidad de tomar cursos en una universidad de Estados Unidos. De hecho mi host family me requiere en Julio. Viviría en Washington, cerca de Georgestown. No sé qué hacer, me mueve mucho todo lo que mi familia me dice, tengo opiniones encontradas.
Un día leí algo que escribiste…Un hombre de verdad…creo que así era el artículo. Mencionabas que lo que se espera es que estudies, termines tu carrera, te compres tu automóvil, te cases, tengas hijos. Pero mi sueño no es casarme. Quiero un automóvil, pero es algo material, nada imposible conseguirlo. Pero la experiencia, la vida en otro país, me come la duda, me dan ganas de tomar el reto, pero no sé si sea la mejor manera.
A veces creo que hay un poco de razón en lo que me dicen mis papás de que es un poco humillante irme de niñera cuando aquí podría trabajar de lo que estudié, que si quería ser niñera pues que mejor no hubiera estudiado. Es extraño porque ya tengo dos años de egresada y detendría por un año mi avance profesional.
Definitivamente tengo que buscar las oportunidades por lo cual considero buena opción irme a Estados Unidos, practicar inglés, traer una mentalidad diferente y sentirme segura de lo que quiero. Pero también sé que hay personas que no han necesitado irse a Estados Unidos de niñeras para conseguir “el trabajo de sus sueños” a su regreso a México.
No sé si sea la edad, la etapa en la que estoy, pero TENGO MIEDO, no sé si en verdad me estoy equivocando, desviando del camino o simplemente soy un ser humano más que está buscando el medio, no importa cómo sino el porqué.
Y básicamente es eso… no sé qué hacer
Siempre he considerado que eres una persona inteligente y digna de admirar. Eres joven y se nota que muy obstinado. Has convivido con muchas personas diferentes por tu trabajo y por ello creo que tú podrías darme una excelente opinión.
– Regina
Esa misma noche respondí.
Hola Regina,
Siempre fui una alumna destacada pero nunca supe exactamente lo que quería estudiar. Lo que sí sabía es que soñaba con hablar inglés.
Uno es lo que sueña. En lo que piensa todo el tiempo. Lo demás es negación. Y miedo.
Consideré estudiar leyes, idiomas o algo administrativo. Escogí lo fácil, porque aunque no sea tan bien pagado, trabajo de contador o auxiliar administrativo siempre hay. También comencé a estudiar inglés y me gustó.
Esta es tu segunda referencia al idioma. Todo lo demás es negación. “Trabajo siempre hay”. ¿Qué significa eso? No me gusta. Suena dogmático pensar que por estudiar contaduría o administración uno ya tiene la vida asegurada. No es así. Además, tener la vida asegurada es lo más aburrido del mundo.
Ya estando en la universidad, surgió mi deseo por trabajar en una empresa trasnacional y tener la oportunidad de viajar por negocios. Confío en mi capacidad para poder lograr esos objetivos. El trabajo en el que actualmente estoy es “estable” pero no es lo que amo. Definitivamente no lo es.
La estabilidad tal vez – y digo “tal vez” porque aún no lo creo – es algo bueno a los cuarentas, cincuentas, cuando las rodillas ya no dan para mucho, cuando el espíritu ha sido machacado. Pasar los veintes y los treintas preocupados por el AFORE y el IMSS es un crimen.
No he buscado la oportunidad en otro trabajo, tal vez por miedo, inseguridad y porque sé que necesito más herramientas. En mi trabajo contratan jóvenes que hablen inglés, que hayan estudiado mínimo en el Cetys, algunos con maestría y bueno, ha habido uno que otro del Tec de Monterrey. Ni los ponen a prueba. En automático los capacitan para funciones de mayor jerarquía, como ejecutivos comerciales donde visitan clientes y viajan, algo que a mí me gustaría. Pensando mucho las cosas, leyendo sobre las empresas, veo que cada vez necesitas más herramientas, como una maestría e inglés.
He tenido la oportunidad desde hace muchos años de convivir con universitarios de escuelas públicas y privadas de todo el país. La única diferencia directa que he encontrado entre egresados de una u otra modalidad es que los últimos simplemente creen que pueden hacerlo y tenerlo todo. Sus universidades les han inculcado artificialmente una actitud donde les dicen que son chingones. Y cuando alguien te repite que eres chingón todo el tiempo terminas creyéndolo. Por el contrario, si tú repites y permites que te repitan que “todavía no eres chingona porque te hacen falta más y más y más y más herramientas” lo incorporarás en tu actitud y se notará. Cuando uno cree ser sexy aunque no lo sea, la gente lo percibe así. Y al revés también. Por eso hay chicas guapas que no creen ser guapas y tipos talentosos que no creen ser talentosos: se han repetido hasta el cansancio que son otra cosa. Recomendación directa: deja de decirte que te faltan herramientas. Lo que suele hacer falta es actitud y determinación.
Busqué becas para el extranjero, pero nunca encontré una que realmente cubriera mis necesidades. Siempre es estudiar sin posibilidad de trabajar para poder pagar tus necesidades básicas.
Leo esto y entiendo “quiero quiero quiero quiero quiero quiero irme al extranjero”. Vete al extranjero.
Encontré una manera más fácil para mis posibilidades económicas. Irme de au pair a Estados Unidos. Ese es mi plan desde hace un poco más de 1 año.
“Y en serio quiero quiero quiero quiero quiero quiero quiero quiero quiero irme al extranjero como sea”. Vete al extranjero.
Mis papás están decepcionados. Ellos obviamente influyen completamente en mis decisiones, pero quiero crecer.
En este momento son tus papás a los que usas como excusa para no irte. En cinco años serán tus hijos o tu esposo. Y así. Siempre habrá alguien que encontremos a mano para decir que por él o ella o ellos no hicimos lo que teníamos que hacer. Para crecer no se pide permiso.
Y encontré esta oportunidad. Obviamente sé que no es lo mejor ya que tengo veinticuatro años, dos carreras y muchas ganas de triunfar profesionalmente.
No existe “esa oportunidad” tal cual. Tú la estás creando. Ponte en el lugar correcto con la gente correcta para que las cosas que quieres que te pasen, te pasen.
Pero quiero vivir el inglés a diario, quiero conocer otra cultura y tengo la oportunidad de tomar cursos en una universidad de Estados Unidos. De hecho mi host family me requiere en Julio. Viviría en Washington, cerca de Georgestown.
“Quiero quiero quiero quiero quiero quiero quiero quiero quiero mucho irme al extranjero y hacer algo allá”. Vete al extranjero.
No sé qué hacer, me mueve mucho todo lo que mi familia me dice, tengo opiniones encontradas. Un día leí algo que escribiste…Un hombre de verdad…creo que así era el artículo. Mencionabas que lo que se espera es que estudies, termines tu carrera, te compres tu automóvil, te cases, tengas hijos.
Familia, decepción, excusas, chantaje sentimental. Cuando uno hace las cosas que tiene que hacer todo se acomoda paulatinamente. Usar frases al estilo “me mueve mucho todo lo que mi familia me dice”, “no sé qué hacer”, “estoy confundida” es una invitación a que el drama se apropie de tu situación y no te deje actuar con claridad. Define el problema, si es que en realidad existe uno. Si el problema es que tu familia va a resentir tu partida, el enfoque que te sugiero es hablar con ellos y explicar que tienes que irte porque es lo que tu alma te dicta. Que los amas. Que escribirás y llamarás. Que regresarás. Listo. Tú haz bien tu parte y si ellos no hacen bien la suya, son personas que tienen que recorrer un camino propio. Uno no puede ni debe caminar el camino de los demás.
Pero mi sueño no es casarme. Quiero un automóvil, pero es algo material, nada imposible conseguirlo.
Tú dices eso y yo leo “¿Qué otras cosas puedo encontrar para atarme aquí y no irme?” Compra un auto. Una casa. Cásate. Tal sería la receta para la inmovilidad en este momento. Chuck Palahniuk dice que las cosas que poseemos, terminan poseyéndonos. Es cierto.
Pero la experiencia, la vida en otro país, me come la duda, me dan ganas de tomar el reto, pero no sé si sea la mejor manera.
“Quiero quiero quiero quiero quiero quiero quiero quiero irme a otro país…pero tengo un poco de miedo”. Es como la primera noche en la cama con alguien. Es como el primer beso. La primera lección de manejo. La primera vez que preparas algo en el horno. Da miedo, pero entre más lo hagas, más fácil será.
A veces creo que hay un poco de razón en lo que me dicen mis papás de que es un poco humillante irme de niñera cuando aquí podría trabajar de lo que estudié, que si quería ser niñera pues que mejor no hubiera estudiado.
Hugh MacLeod dice que la mejor forma de obtener aprobación es no necesitándola. Y que esto es igualmente cierto en el arte y los negocios. Y en el amor. Y en el sexo. Y justo en todo lo demás que valga la pena tener. A los padres hay que amarlos y respetarlos pero también educarlos. Durante veinte años han vivido para decirte cómo hacer las cosas. Es un hábito que no se elimina de un día para otro. Entre más los consultes, más seguirán ellos hablando con la pequeña Regina de diez años. No con la profesional que se quiere ir a otro lado. Eso de humillarse es una tontería. Cuenta la leyenda que Jesús dijo que el servir a otros no es faena de seres inferiores.
Es extraño porque ya tengo dos años de egresada y detendría por un año mi avance profesional.
Supongamos que vas a vivir setenta años. Y que estudiaste unos buenos siete años las dos carreras y que tienes veinticinco años ahora. Es decir, que te quedan cuarenta y cinco años de vida. Y como ya estudiaste esos siete años ahora por fuerza debes dedicarte única y exclusivamente a hacer eso, aunque tu corazón te diga que lo tuyo es ser bailarina de flamenco, niñera en Washington, escritora en Budapest, fotógrafa en Argentina. Visto en el largo plazo, es una ridiculez enorme el valor que damos a los pocos años de universidad para que influyan en el resto de nuestras vidas. Como si ahí realmente se decidiera todo. No se decide nada. Es una mentira bien vendida.
Definitivamente tengo que buscar las oportunidades por lo cual considero buena opción irme a Estados Unidos, practicar inglés, traer una mentalidad diferente y sentirme segura de lo que quiero.
En “Wear Sunscreen”, el narrador dice que las personas más interesantes que conoce no sabían que querían hacer con sus vidas a los veintidós. Y que algunas de las más interesantes personas de cuarenta que conoce aún no lo saben. No te preocupes. No hay un límite para saber lo que uno quiere ser. Eso es otra invención.
Pero también sé que hay personas que no han necesitado irse a Estados Unidos de niñeras para conseguir “el trabajo de sus sueños” a su regreso a México.
No compares vidas. Desconoces lo que esas personas han vivido. Lo único que conoces a fondo es tu historia y lo único que puedes relativamente controlar son tus decisiones.
No sé si sea la edad, la etapa en la que estoy, pero TENGO MIEDO, no sé si en verdad me estoy equivocando, desviando del camino o simplemente soy un ser humano más que está buscando el medio, no importa cómo sino el porqué. Y básicamente es eso… no sé qué hacer.
Una invitación: no hables en términos dramáticos o serás una persona dramática. El miedo siempre existe en todos. Cómo lo usan los que triunfan y los que fracasan es la diferencia. El miedo es un motor.
Siempre he considerado que eres una persona inteligente y digna de admirar. Eres joven y se nota que muy obstinado. Has convivido con muchas personas diferentes por tu trabajo y por ello creo que tú podrías darme una excelente opinión.
Vengo de una historia con muchos retos, pero siempre he creído que soy capaz de muchas cosas. No tuve las mejores calificaciones de mi clase, ni fui el primero en graduarme. No me interesan cosas que a muchos otros sí. Cuando eres original, la gente lo nota. Cuando eres honesto, también. Tengo miedos, claro, pero no dejo que sean cosas difusas. Los enfoco claramente y los defino para poder abordarlos. Me despido con una gran cita de Robert Heinlein: “En la ausencia de metas claramente definidas, nos volvemos extrañamente leales a las minucias diarias hasta que finalmente quedamos esclavizados por ellas.”
Poco tiempo después, Regina agradeció mi respuesta.
Mil gracias por tomarte el tiempo.
Y me despedí.
Gracias a ti. Por preguntar. A los que intentamos hacer cosas diferentes nos encanta compartir nuestras opiniones e ideas con aquellos que quieren iniciar.
Y vete. Que toda tu alma te lo está pidiendo.
Hoy – cuatro meses después – Regina vive en Washington. Pronto estudiará en Georgetown University.
Es muy feliz.
¿Y tu?